Bebiendo de la tradición del Siglo de Oro a través de las letras, principalmente de Gongora, influídos del siglo XIX con Bécquer pero abiertos a la influencia de las vanguardias, formados en torno al menendezpidaliano Centro de Estudios Históricos y del institucionismo krausista se desarrolla una de las generaciones artísticas más fecundas y prolíficas en la historia de España: la Generación del 27. Marcados por la politización de la época, hacia uno u otro bando, las dos Españas machadianas, algunos habrían de pagar trágicamente su postura de compromiso social.
Entre la pléyade de escritores de esta generación (no solo literaria) celebramos este 2010 el centenario del nacimiento en su Orihuela del alma, de Miguel Hernández, "el poeta cabrero". Había escrito "Varios tragos es la vida, y un solo trago es la muerte" quizás premonitorio porque de un solo trago, bien amargo bebido en el pozo de la intolerancia, del oscurantismo, del rancio clericalismo, de la España negra y retrógrada retratada por Goya, habría de acabar su vida en prisión. Más amargo su postrero trago que "la sangre de cebolla" con la que se amamantaba su hijo.
Desde la lectura de "perito en lunas", pasando por "el rayo que no cesa" hasta su literatura más comprometida en "viento del pueblo", "el hombre acecha", incluídas sus obras teatrales para divulgación entre los defensores del gobierno legítimo republicano, sin olvidarnos de sus "Nanas de la cebolla" musicalizadas por Serrat, rendimos homenaje al hombre, al poeta, a un período de resistencia y a los miles de anónimos y comprometidos republicanos que, por mor del juego sucio de ciertos politicastros y jueces incriticables, todavía claman justicia desde fosas comunes o desde vigentes sentencias fruto de "sumarísimos juicios".
"Tu sonrisa me hace libre,
me pone alas.
Soledades me quita,
cárcel me arranca (....)".
De nuestro amigo Antonio Javier Sánchez.
Salud y Progreso.
